Un país dónde no existe una jurisdicción de familia, sino juzgados de instancia a los que se les atribuye la materia y dónde se pervierte la Justicia con atribuciones civiles a un tribunal excepcional como son los de violencia sobre la mujer demuestra lo que le importa los niños: NADA.
Asesoro en situaciones de conflicto familiar tanto a hombres como a mujeres. En muchos casos situaciones desesperadas. Por ejemplo, mujeres que no cobran la pensión de alimentos acordada e impuesta y cuyos deudores resultan insolventes o no entran dentro del tipo de abandono de familia porque los 200 € al mes que tenían que abonar se quedan en 20 € si llegan.
Pero sin duda ser padre es mucho peor en España, y si encima tienes la mala suerte de ser denunciado, sin importar si es verdad o no, perderás a los niños por unas amenazas con motivo de levantar un dedo sin más manifestación o por escribir en un whatsapp «te vas a enterar».
Esa es la mayoría de la violencia de genero que se dilucida en nuestros juzgados y supone no solo una condena de seis meses de prisión y la posibilidad de inhabilitación de la patria potestad de hasta 5 años (Art. 171.4 CP), sino la imposibilidad de la custodia compartida desde el inicio de la denuncia y hasta la eliminación de los antecedentes penales (arts. 92. 7 y 94 CC aplicados de modo automático en el foro e imperativo en los juzgados de violencia a pesar de la STC 75/2022).
Dados los tiempos de nuestra administración de justicia lo anterior puede suponer unos 3 años sin ver a tus hijos de manera normal aun siendo absuelto y con suerte 6 ante una condena.
Lo anterior supone una triple pena:
La primera para el hombre que se ve abocado a la perdida de su presunción de inocencia, si no teórica respecto de las consecuencias penales, totalmente real en cuanto a sus consecuencias civiles. En el mejor de los casos podrá estar con sus hijos un fin de semana alterno. Normalmente sin pernocta y viendo como su mujer hace lo que le de la real gana respecto a las decisiones inherentes a la patria potestad.
La segunda para la familia paterna: Los nietos o sobrinos desaparecerán de sus vidas.
Y la tercera, y más importante, para los niños, porque no solo se les priva de su derecho fundamental a relacionarse en plenitud con sus progenitores reconocido por el art. 24.3 CFDUE, sino que posiblemente comiencen a sufrir maltrato por su progenitora.
Y digo claramente maltrato porque según el art. 1.2 de la Ley de Protección Integral a la Infancia se entiende por maltrato «toda acción, omisión o trato negligente que priva a las personas menores de edad de sus derechos y bienestar, que amenaza o interfiere su ordenado desarrollo físico, psíquico o social, con independencia de su forma y medio de comisión» y, en cualquier caso, «el maltrato físico, psicológico o emocional«.
Lo anterior debería hacernos pensar porque no se quita la custodia a la madre cuando el equipo psicosocial detecta que los menores no están siendo preservados del divorcio o cuando detectan el llamado conflicto de lealtades, que no es ni mas ni menos que suavizar el innombrable síndrome de alienación parental, esto es, la manipulación torticera de la madre hacia su hijo en contra del padre.
O, aun más estrambótico, por qué cuando la madre ha limitado hasta la casi totalidad la comunicación del padre con sus hijos aun se la premie con la custodia en exclusiva porque los niños ya se han habituado a tal situación.
Pero lo que haga la madre no es maltrato. Ni siquiera si le da un psicofármaco a un niño inquieto para ella estar tranquila. En España dar un psicofármaco a un niño aun sin prescripción no es delito mientras no se pruebe el daño psíquico o físico. ¿Y como vas a probarlo si no tienes a tus hijos o teniéndolos sin victimizarlos aun mas?
Uno sueña como MLK en que algún día tendremos una jurisdicción de familia dónde el juez esté apoyado por un equipo psicosocial desde el primer momento del conflicto y que participe en el acto de la vista y su enfoque sea ante todo el interés supremo del menor y no los intereses de adultos no iguales u otras cuestiones políticas.
No lo verán mis ojos. Así que si Ud. lector es padre y está a la puertas del divorcio haga caso de este decálogo:
P.S. Y las mujeres que abusan de una legislación demencial no crean que saldrán de rositas. Cuando los niños lleguen a la adolescencia se encontrarán con que ellos serán sus maltratadores psicológicos y estarán totalmente solas, sin ninguna perspectiva de vida y abusando del alcohol u otras sustancias más de lo recomendable.