El Derecho civil es la rama del Derecho privado que regula las relaciones entre los particulares, entre ellas las económicas.

La complejidad de nuestra sociedad ha ido separando del Derecho estrictamente civil relaciones entre particulares que implican a las políticas estatales surgiendo, por ejemplo, el Derecho del trabajo.

Lo anterior no quiere decir que el Derecho civil propio, considerado como los aspectos normativos que regulan relaciones económicas entre particulares en general hayan desaparecido, al contrario, la multiplicación exponencial de actividades económicas ha desarrollado subespecialidades como el Derecho mercantil, el Derecho hipotecario, el Derecho agrario o el Derecho de consumo que intentan dar respuestas a las novedades que la sociedad va adoptando en el ámbito de las relaciones entre particulares, teniendo como objetivo el mantenimiento de la igualdad jurídica entre los diferentes sujetos que integran el negocio. Igualdad de base necesaria para un correcto desarrollo del principio de la autonomía de la voluntad como elemento esencial del Derecho civil.

La correcta calificación de los sujetos del negocio jurídico y, consecuentemente, la correcta delimitación de los derechos subjetivos y obligaciones de los intervinientes produce una aproximación más compleja, que requiere de un conocimiento material y procesal mucho más detallado en el ámbito de las pretensiones contractuales.

Por último, para que la defensa de los derechos subjetivos no se queden en el terreno meramente declarativo, el conocimiento del procedimiento de ejecución y su planificación para que sea desarrollado con éxito requiere de constancia, sistematicidad y esfuerzo.

En el ámbito del Derecho civil la labor del abogado será la clara delimitación de la pretensión y de los sujetos intervinientes para comprobar si el desarrollo del principio de autonomía de la voluntad se ha desarrollado dentro de los parámetros legales que hacen válido el consentimiento.

Lo anterior exige del abogado un conocimiento técnico amplio, actualizado permanentemente para poder defender los derechos subjetivos de su cliente y exigir de los contrarios las obligaciones que las normas les imponen. Este conocimiento implica también el de las normas comunitarias que producen un impacto importante en la legislación interna.

Junto a lo anterior, la buena planificación del asunto, la investigación de la situación económica real de la parte contraria, la capacidad para la estimación correcta de las posibilidades de éxito atendiendo al material fáctico existente y excelentes cualidades para la negociación producirán una resolución rápida del conflicto que permita al cliente obtener la satisfacción de su pretensión.

• Consultoría jurídica y estudio de las posibilidades de éxito de la pretensión
• Negociación extrajudicial
• Estudio de contratos y redacción de contratos
• Consumidores:
  • Reclamación extrajudicial de los intereses del consumidor
  • Defensa del consumidor y del usuario en Derecho bancario, de seguros, de transporte, de telecomunicaciones o de suministros esenciales
  • Defensa en procedimientos hipotecarios
  • Defensa en procedimientos monitorios, cambiarios o ejecutivos
• Defensa patrimonial:
  • Defensa en procedimientos sumarios de reclamación de suspensión de obra nueva y de demolición de objetos que amenacen causar daños
  • Reclamaciones de cantidad
  • Reclamaciones de hacer o no hacer
  • Reclamaciones por daños y perjuicios contractuales
• Defensa de los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen
• Ejercicio del derecho de privacidad

• En la jurisdicción civil existe la posibilidad de condena en costas ante la desestimación de la pretensión
• De manera extraordinaria siempre pueden imponerse las costas si el tribunal aprecia temeridad en la actuación de la parte
• En nuestra actuación siempre minimizamos la posibilidad de que nuestro cliente sea condenado en costas, pero no podemos garantizar su resultado